En tiempos de revolución, es necesario reeducar la percepción que el científico tiene de su medio. Los objetos son percibidos de formas muy distintas debido al adiestramiento que se haga de los sentidos. De ahí la importancia de los paradigmas. A menos que exista un patrón externo al investigador para el visionado del exterior, no se podrán dar alternativas a la percepción. El científico que adquiere un nuevo paradigma ve de manera diferente a como lo hacía antes. No se trata tanto de una nueva interpretación como de una nueva observación. Se trabaja en un mundo diferente pues se encuentran detalles no encontrados hasta ahora; detalles que han sido descubiertos gracias a esa nueva visión que se ha adoptado.
En síntesis, en el capítulo 10 de La estructura se expone que las preguntas son parte de la ciencia normal y dependen del paradigma. Las respuestas a esas preguntas sólo se consiguen con el cambio de paradigma. También se dice que después de una revolución científica las investigaciones anteriores pierden importancia, siendo reemplazadas por otras que respondan mejor a ese nuevo paradigma. Por eso se dice que la ciencia está constante cambio, pues es difícil que la naturaleza se ajuste a un paradigma eternamente. Finalmente, en el capítulo 10 se expone que los científicos trabajan en un mundo diferente porque su percepción ha cambiado.
En el capítulo 11, titulado la invisibilidad de las revoluciones, Kuhn trata de inferir cómo se cierran las revoluciones, cómo se vuelven invisibles con el tiempo debido a toda la literatura que se desarrolla post-revolución. Del capítulo mucho más no se puede decir, pues no resulta de gran interés para el tema que nos atañe.
En el capítulo 12 se expone que ningún paradigma está sujeto a exponerse acertadamente a todas las pruebas posibles, es decir, los paradigmas conviven entre sí dentro de las comunidades científicas pues ninguna teoría es capaz de resolver todos los problemas. De todas formas, hace hincapié en preguntarse cuál de las dos teorías en competencia se ajusta mejor a los hechos, a sabiendas de que las dificultades de conversión son terriblemente difíciles. A veces es necesario hasta una generación o la muerte de los científicos para que toda la comunidad adopte abiertamente el nuevo paradigma.
Gracias a las revoluciones y a su progreso se ha podido obtener y captar la estructura esencial de la evolución continua de una ciencia, asa también se ha planteado la importancia de que la ciencia progrese continuamente. Se pone en cuestión si las ciencias sociales en realidad es una ciencia (es un problema semántico) pero no se debe de olvidar que el término “ciencia” está reservado a campos que progresan de manera evidente. Esta cuestión puede mostrar conexiones entre lo que es ciencia y progreso.
Podemos ver un ejemplo, durante la antigüedad hasta la Europa moderna, la pintura fue considerada la disciplina acumulativa, la meta del artista era la representación. Pero en ésta época no había una separación entre ciencias y artes. Incluso después que cesó este intercambio, el término arte continuo aplicándose tanto a la tecnología y a las artesanías, las que eran también progresivas, como a la pintura y escultura. La separación se dio cuando estás artes renunciaron a la finalidad de la representacionalidad.
A la hora de diferenciar si un campo es ciencia o no, se debe de tener muy claro las características evidentes en ambos campos, ya que, tendemos a llamar ciencia a aquel campo que progresa notablemente. Ninguna escuela creadora reconoce una categoría de trabajo que por una parte sea un éxito de creación, pero que por otra no añada a la realización colectiva. Si se pone en duda que los campos no científicos progresen, no se deberá más que las escuelas individuales no progresen.
Las pruebas de progreso, excepto en el interior de las escuelas, son difíciles de encontrar. Sólo durante periodos de ciencia normal, el progreso parece evidente y estar asegurado. Sin embargo, durante esos periodos, la comunidad no puede ver los frutos de su trabajo en ninguna otra forma, ya que, la respuesta a al problema del progreso se encuentra simplemente en el ojo del espectador, siendo sólo parte de la respuesta. Ya que el problema resuelto es la unidad de la investigación científica y debido a que el grupo conoce que los problemas han sido resueltos, a pocos científicos se podrá conocer con facilidad para que adopten un punto de vista que nuevamente ponga en tela de juicios muchos problemas previamente resueltos. Se mostrarán difíciles de adoptarlos si no cumplen con al menos dos condiciones: que el nuevo candidato deberá resolver algún problema que de otra forma no puede solucionarse y, además que el nuevo paradigma deberá preservar una parte relativamente grande de la habilidad concreta para la solución de problemas que se ha adquirido para paradigmas anteriores.
Para los trabajos de ciencia normal, para la resolución de enigmas dentro de la tradición que definen los libros de texto, el científico se encuentra casi perfectamente preparado, pero no es así cuando se generan crisis. Mientras que en la educación científica, al no utilizar equivalentes de bibliotecas de textos clásicos etc..., obtienen como resultado una distorsión de la percepción, de parte del científico, al pasado de su disciplina, llegando a ver su historia como progreso al percibirla de modo lineal.
Normalmente en las revoluciones, además de hacer sufrir pérdidas a la comunidad y provocar la eliminación de problemas antiguos, disminuye el alcance de los intereses profesionales de la comunidad, aumenta el grado de especialización y reduce sus comunicaciones con otros grupos, tanto de científicos como de profanos. En las revoluciones se concluyen con una victoria total de uno de los dos campos rivales. Al repudiar el paradigma anterior, renuncia también a la mayoría de los libros y artículos en que se incluye dicho paradigma.
La existencia misma de la ciencia depende de que el poder de escoger entre paradigmas se delegue en los miembros de una comunidad de tipo especial, para que la ciencia sobreviva y se desarrolle. Algunas de las características que debe poseer una comunidad son el interés del científico en resolver problemas, por ejemplo, el comportamiento de la naturaleza.
Los miembros del grupo, como individuos y en virtud de su preparación y experiencia, deberán ser considerados como los únicos poseedores de las reglas del juego o de alguna base equivalente para emitir juicios inequívocos. Las actividades científicas, aunque sea lo que no esperemos, debe de tener algún tipo de progreso en el caso de que sobrevivan y si es necesario se debe de renunciar a la noción de que los cambios de paradigma lleven a los científicos cada vez más a la verdad.
La solución de la revolución va en la selección del mejor camino para la práctica futura. El resultado de las secuencias de las selecciones revolucionarias, separado por periodos de evolución normal, es un conjunto de documentos que denominamos conocimiento científico moderno. Las etapas sucesivas en ese proceso de desarrollo se caracteriza por un aumento en la articulación y la especialización, y todo el proceso pudo tener lugar al igual que en la evolución biológica, sin el beneficio de una meta establecida.
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